El presidente de Cantabria, Miguel Ángel Revilla, confirmó ayer el cierre de uno de los cuatro hornos de la planta de Ferroatlántica en Boo (Guarnizo) y el temor de los sindicatos a una posible deslocalización de la empresa por el coste de la energía, una cuestión que “va a originar problemas muy grandes en las industrias electrointensivas”, ha advertido.
Según el presidente, el coste del consumo mensual de energía de la planta de Guarnizo es de cinco millones de euros más al mes en comparación con la empresa que tiene en Francia Ferroatlántica y eso es un riesgo en relación a una posible deslocalización de la planta cántabra.
Y en este sentido ha alertado que si la energía sigue subiendo, “hay empresas que van a quedar tocadísimas en Cantabria”, entre ellas, además de Ferroaltántica, Forgings & Castings o Global Steel.