La entrada antigua al cementerio dificultaba el paso a personas con movilidad reducida o en silla de ruedas, puesto que era una rampa estrecha y con una pronunciada pendiente, así, la nueva rampa desdobla la pendiente en dos tramos realizado en hormigón impreso y con barandillas en todo el recorrido.
Además se ha ensanchado la rampa existente y se ha recubierto toda la superficie de una capa de mortero antideslizante para evitar resbalones y caídas de usuarios.
La obra, que finalizó el pasado mes de octubre, ha sido realizada por la empresa Construcciones José Manuel Argos y ha supuesto un coste para el Consistorio de 12.000 euros.